Es con mucho cariño y orgullo que recordamos a Lily Kruse: la abuelita escritora que tanto quisimos, y todavía queremos. Hace casi un año fue que Yiyi, como la llamamos siempre de cariño, murió después de varios años con una enfermedad que le robó su memoria. Seremos nosotros entonces quienes conservaremos de manera colectiva la memoria de una persona tan especial.
En sus cuentos y poemas para niños, Lily Kruse logró capturar el sentido de asombro y la imaginación de una niña que vivió su infancia en medio del Caribe costarricense de los años 30s. Ella vivió con sus padres y hermanos en las fincas “El Prado”, en Guápiles, y “El Tortuguero” en el extremo noreste de Costa Rica. Para ir a la escuela, vivió también en la casa de sus abuelos, en Limón. En “Así lo recuerdo yo”, una auto-biografía no publicada que ella le regaló a su hermana y sus dos hermanos, Lily Kruse habla de Limón así:
“Las palabras tienen diferentes significados para diferentes personas. Con la palabra Limón, la mayoría de los costarricenses pensaría en nuestro puerto del Atlántico. Sin embargo, ¡para nosotros era mucho más que eso! Para nosotros esa misma palabra, Limón, además de ser el nombre de mi puerto natal, era sinónimo de alegría, de bienestar, de aventura y de felicidad” (Lily Kruse, 1964).
En sus memorias de un Atlántico todavía bastante salvaje aparecían constantemente animales silvestres, que luego ella convirtió en personajes de sus cuentos y poesías. También en sus cuentos aparecemos muchos de sus nietos, y de las travesuras que hacíamos. Los libros de Yiyi están impregnados de sus recuerdos, y por eso son el mejor recurso para mantener viva su memoria. Leer sus cuentos y poesías nos muestra cómo vivir plenamente y en armonía con la naturaleza significa, así como lo hacía Limón para ella: “alegría, bienestar, aventura y felicidad”.
Si disfrutamos y compartimos sus libros con las niñas y los niños que crecen a nuestro alrededor, estaremos transmitiéndoles la belleza de la vida y de la naturaleza que ella logró capturar e inmortalizar en ellos. Y es por eso que hoy los invito a leer los libros que mi abuela, Lily Kruse, nos dejó a todos, y así, a ser parte de la red de personas que mantenemos viva su memoria.
lunes, 28 de julio de 2008
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Que bello yo crecí leyendo y aprendiendo de su bella poesía Son los recuerdos atesorados de mi niñez y que he trasladado a mis hijos. Admiro de corazón su sensiblidad y forma de dar su amor a los niños de Costa Rica. Ruth Fallas Serrano
ResponderEliminarHola. Dónde puedo encontrar los reconocimientos que recibió por tan bellas obras?
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