viernes, 27 de junio de 2008

Memorias del Atlántico

¿De dónde vino la inspiración de Lily Kruse? En parte, surgió de su propia infancia, que describió con detalles en un libro que le escribió en 1966 a su hermana y sus dos hermanos: Así lo recuerdo yo. Lily Kruse nació en Limón, y vivió sus primeros años en la finca bananera “Waldeck”, en 28 Millas, Línea Vieja, con sus padres Hermann Kruse y Aida Ramírez. . .

Tuvo entonces una infancia llena de aventuras entre Limón y las fincas “El Prado”, en Guápiles, y “El Tortuguero”, en el puro Noreste de Costa Rica. Así la pequeña Lily y sus hermanos fueron niños que viajaron en tren, montaron a caballo y jugaron entre árboles de caimito y de ilang ilang; se comieron las frutillas del árbol de “lengua de vaca”, no porque fueran muy ricos, sino porque les dejaba la lengua morada; se subieron a un mandarino para disfrutar de la mañana; y se pegaron más de un susto con las serpientes de la zona. No es casualidad, entonces, que en su cuento “Daniel y serpentina”, Daniel le dice a la culebra que se encuentra en el jardín. . .

-Está bien-dijo Daniel levantándola del suelo-, ¿por qué no íbamos a ser amigos?
-Porque los niños me tienen miedo.
-Yo no- se extrañó Daniel.
-Porque estás chiquito. Ya verás: enseguida te dirán cosas horribles de mí. Tu mamá va a decirte: “Daniel, es mejor no jugar con esos animalillos, porque algunos muerden muy duro, y otros, hasta tienen veneno”. Y tu abuela. . . Eso va a ser peor: “ ¡Qué horror! Va a decir, esos animales son horrorosos, y además, ¡peligrosísimos!” Y tiene razón, porque a ella le tocó conocer muy de cerca las peores de mi raza, las que sí son venenosas. . .”

Es así como nos describe, en un cuento dedicado a uno de sus nietos, capítulos de su vida en la naturaleza. En sus memorias de un Atlántico todavía bastante salvaje aparecen constantemente animales silvestres que luego aparecen en sus cuentos y poesías : mariposas de todos colores que se perdían en la selva; arañas con caparazones grandes que describe como “arañas tortuga”; tucanes, viuditas y muchos otros pájaros; los diminutos cangrejitos de la tierra con los que jugaban en Guápiles debajo del piso; las ranitas que ellos llamaban “futbolistas” por tener mitad azul y mitad roja, como si tuvieran camisa y pantalón, y otras ranitas verdes diminutas con la pancita dorada, que podían caber en una uña.

3 comentarios:

  1. Xime esta lindisimo

    Te felicito

    Un beso

    Mary

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  2. Hola, Ximena:

    muy bonito el blog en honor a tu abuela. Muchos cariños,


    Silvia

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  3. ¡Qué feliz y orgullosa debe estar Yiyi en el cielo, recogiendo los frutos de ese amor tan intenso que le tuvo ella siempre a sus nietos! Gracias Ximena, por hacer este blog, para que todos los que tuvimos la dicha de conocerla, podamos disfrutar, por este medio, de las cosas tan lindas que escribió. Y los que no tuvieron esa suerte, que puedan conocer un poquito de lo especial que fue y del valioso aporte que dejó a la literatura costarricense. Un abrazo,

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