¿De dónde vino la inspiración de Lily Kruse? En parte, surgió de su propia infancia, que describió con detalles en un libro que le escribió en 1966 a su hermana y sus dos hermanos: Así lo recuerdo yo. Lily Kruse nació en Limón, y vivió sus primeros años en la finca bananera “Waldeck”, en 28 Millas, Línea Vieja, con sus padres Hermann Kruse y Aida Ramírez. . .
Tuvo entonces una infancia llena de aventuras entre Limón y las fincas “El Prado”, en Guápiles, y “El Tortuguero”, en el puro Noreste de Costa Rica. Así la pequeña Lily y sus hermanos fueron niños que viajaron en tren, montaron a caballo y jugaron entre árboles de caimito y de ilang ilang; se comieron las frutillas del árbol de “lengua de vaca”, no porque fueran muy ricos, sino porque les dejaba la lengua morada; se subieron a un mandarino para disfrutar de la mañana; y se pegaron más de un susto con las serpientes de la zona. No es casualidad, entonces, que en su cuento “Daniel y serpentina”, Daniel le dice a la culebra que se encuentra en el jardín. . .
-Está bien-dijo Daniel levantándola del suelo-, ¿por qué no íbamos a ser amigos?
-Porque los niños me tienen miedo.
-Yo no- se extrañó Daniel.
-Porque estás chiquito. Ya verás: enseguida te dirán cosas horribles de mí. Tu mamá va a decirte: “Daniel, es mejor no jugar con esos animalillos, porque algunos muerden muy duro, y otros, hasta tienen veneno”. Y tu abuela. . . Eso va a ser peor: “ ¡Qué horror! Va a decir, esos animales son horrorosos, y además, ¡peligrosísimos!” Y tiene razón, porque a ella le tocó conocer muy de cerca las peores de mi raza, las que sí son venenosas. . .”
Es así como nos describe, en un cuento dedicado a uno de sus nietos, capítulos de su vida en la naturaleza. En sus memorias de un Atlántico todavía bastante salvaje aparecen constantemente animales silvestres que luego aparecen en sus cuentos y poesías : mariposas de todos colores que se perdían en la selva; arañas con caparazones grandes que describe como “arañas tortuga”; tucanes, viuditas y muchos otros pájaros; los diminutos cangrejitos de la tierra con los que jugaban en Guápiles debajo del piso; las ranitas que ellos llamaban “futbolistas” por tener mitad azul y mitad roja, como si tuvieran camisa y pantalón, y otras ranitas verdes diminutas con la pancita dorada, que podían caber en una uña.
viernes, 27 de junio de 2008
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Xime esta lindisimo
ResponderEliminarTe felicito
Un beso
Mary
Hola, Ximena:
ResponderEliminarmuy bonito el blog en honor a tu abuela. Muchos cariños,
Silvia
¡Qué feliz y orgullosa debe estar Yiyi en el cielo, recogiendo los frutos de ese amor tan intenso que le tuvo ella siempre a sus nietos! Gracias Ximena, por hacer este blog, para que todos los que tuvimos la dicha de conocerla, podamos disfrutar, por este medio, de las cosas tan lindas que escribió. Y los que no tuvieron esa suerte, que puedan conocer un poquito de lo especial que fue y del valioso aporte que dejó a la literatura costarricense. Un abrazo,
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